Mi experiencia tras 3 años con una Kawasaki VN900

Siempre es especial el recuerdo de tu primera moto, en mi caso, mi primera moto fue una Kawasaki VN900 Classic, la conocida Vulcan 900, o simplemente como “la Vulcan”, no voy a meterme en números ni en detalles técnicos de la moto puesto que son sobradamente conocidos, en su lugar, me voy a centrar en las sensaciones y experiencias que me ofreció mientras estuvo conmigo.

La decisión de comprar esta moto la tomé justo después de sacarme el carnet A2 . Me gustaban las motos de estilo clásico, soy un tío grande, no porque me quiera tirar flores, sino porque peso más de 90Kg y mido 1,85. Cuando me senté en la moto me pareció lo más cómodo que había probado, era como ir en un sofá, no notaba la moto pesada por su bajo centro de gravedad, los pies quedaban firmemente asentados en las plataformas y el manillar en su perfecta posición, era mi moto.

Durante el primer año me acompañó en mis primeras experiencias motociclistas, mis primeros viajes en moto, mis primeras quedadas y concentraciones, la moto era viajera y cómoda, dócil, fiable y económica. Me enseñó a conducir siendo el más frágil de la carretera pero a la vez sintiéndome el rey. Me enseñó a sentir el viento, los olores, el calor, el frío, la lluvia, a sentirme libre y conectado con los paisajes que iban pasando.

Kawasaki VN900 de Sergio en el Mirador del Estrecho de Gibraltar (Cádiz).

La susodicha no solo vino cargada de sensaciones nuevas, también apareció cargada de nuevas amistades, amistades moteras, mucha buena gente que comparte los mismos gustos por las dos ruedas y que nunca te niegan una quedada para tomar algo. Era un no parar, la moto solo ofrecía experiencias estupendas, no tardaron en llegar las ansias por hacer más y más kilómetros.

Al segundo año, una de nuestras primeras rutas largas fue visitar la Sierra de Gredos, la moto se comportó perfectamente tanto por autovía como en carretera por los más de 1000Km que recorrimos, desde Sevilla hasta Jaraíz de la Vera, visitamos el Valle del Jerte, subimos al Puerto de Béjar y rodeamos Gredos por el Barco de Ávila hasta la calzada romana del Puerto del Pico (N-502), continuamos por Arenas de San Pedro, pasando por los pueblos de la comarca de La Vera hasta llegar de nuevo a Jaraíz y volver a Sevilla.

 

Otra de las grandes rutas que hicimos fue a Almería, nos hacía mucha ilusión visitar el Desierto de Tabernas y el Parque Natural de Cabo de Gata, pero como todo buen motero, no fuimos en línea recta. Nos dirigimos a Tarifa y costeamos hasta Málaga para seguir por la preciosa costa de Nerja, Salobreña, Adra hasta Roquetas de Mar y una vez allí rutear por la provincia.

Con las dos alforjas y el baúl trasero me eran más que suficiente para almacenar todo el equipaje para varios días yendo yo solo. Pero con el paso de los años, ya no era yo solo el que tenía que montarme, mi pareja se unió y pasé a viajar a dúo, entonces la vulcan 900 se empezó a quedar corta, aunque en realidad la moto no se quedó corta, era yo el que empezó a pedirle más de lo que ella me podía dar.

Kawasaki VN900 de Sergio en un parque eólico cerca de Medina-Sidonia (Cádiz).

Empezaron los sustos, la moto hacía tope con la suspensión trasera muy fácilmente debido al peso, a pesar de ajustar la precarga del muelle la suspensión no terminaba de ir bien para el nuevo modo de uso.

A los problemas de la suspensión trasera se le unió la falta de potencia de frenado, los frenos de la Vulcan 900 funcionaban bien cuando iba solo, pero el monodisco delantero, al viajar a duo, no me transmitía ninguna sensación de seguridad, las frenadas se alargaban demasiado, mucho más de lo que consideraba seguro.

La suspensión trasera, los frenos y la capacidad de carga, mirando con perspectiva a futuros viajes mucho más largos, fue lo que me hizo tomar la decisión de venderla. Su cometido ya lo había cumplido, proporcionarme quizás unos de los mejores años de mi vida, repletos de buenos momentos junto a la Kawasaki VN900.

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2 comentarios en “Mi experiencia tras 3 años con una Kawasaki VN900

  1. Que bonito no se estar en una moto pero pude sentir la emoción con la que sentías en cada viaje y yo viaje junto.
    Eres merecedor de seguir viviendo mucho más aventuras buenas ,no te falta nada tienes lo principal tu libertad y la felicidad.

  2. Muchísimas gracias por contar tu experiencia, es lo que estaba buscando xq quería comprar una para viajar con mi pareja y necesitaba que alguien me contara su experiencia. un saludo

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