Largo fue el camino hacia PORTSMOUTH

Después de una semana de mierda en el curro, y el agobio de preparar todo para no dejarnos nada, estaba exhausto. Con familia de visita en casa, al final me acabé durmiendo sobre las 02:00am.

Salté de la cama cual canguro, viendo como ya estaba amaneciendo, e invocando a los mil demonios, presto me dispuse a vestirme y finalizar de revisar todo. La moto pareciera el típico Renault 19 en los años 90, preparado para ir de vacaciones toda la familia. Ansioso, agobiado por llegar tarde (suelo ser muy puntual siempre, llegar a la hora es llegar tarde), abrazo a mi madre, arranco motores y zumbando al punto de encuentro.

Bochorno, casi 30º a las 07:00am, con el traje nuevo de Revit+goretech en Sevilla, empiezo a acalorarme, por suerte el día estaba nublado, y el airecillo refrigeraba mi incandescente cuerpo. Reposto en la gasolinera de siempre y llego al punto de encuentro. Tranquilo porque teníamos más de 24 horas para llegar a Santander (Cantabria), no había prisa, y podíamos gestionar la subida como quisiéramos.

En el punto de encuentro finalizamos preparativos y zumbamos para la A-66. El día se va portando, la temperatura mejora, y los trajes nuevos empiezan a destacar, con todas las aperturas abiertas, el frescor nos relaja en demasía. El camino pese a ser largo, se nos hizo corto, hablando con los intercom, de las cosas que queríamos hacer, que queríamos ver, como seria aquello, practicando un poco el inglés entre nosotros. Fue de los viajes más amenos por autovía que hemos tenido. Atravesamos parte de la sierra norte de Huelva, y mi patria querida Extremadura, es una gozada viajar por esa autovía.


Tras algunas lluvias cerca de Valladolid seguimos “palante” y previo booking barato, llegamos a Palencia (a partir de ahora, para nosotros la ciudad maldita). El hotel céntrico y con parking privado, o estaba ambientado en los años 60 españoles, o es que realmente no se había modificado nada desde esa época. No podíamos parar de reírnos… mira que hemos estado en hoteles de tiesos, pero este nos hizo reírnos en casi toda nuestra estancia.

Pensando en el mañana y sabiendo que pasaríamos 24 horas en un ferry, necesitábamos abastecernos de comida y bebida durante todo el trayecto. Aprovechamos que era sábado tarde, para acercarnos a un supermercado cercano al hotel. Compramos cosas muy básicas enlatadas, y alguna que otra golosinilla. Importante no vendían cervezas en el supermercado, ¡¡¡¡ni si quiera calientes!!!!, para nosotros eso fue un punto de inflexión en ese día, que necesitamos echar una caña después de la paliza del viaje, y no podríamos tomarnos ni unas latas o unas litronas. Casi anocheciendo, y por supuesto no vestidos para la ocasión, bajamos a un bar cercano a tomarnos algunos botellines.

Amanecemos temprano y relajados, sin prisas (anda que, si superamos lo que pasaría, nos habríamos levantado a las 5:00am enseguida…), son las 09:00 y tenemos que estar en Santander a las 16:00pm. Hasta pensamos en dar una vuelta por Santander, paseando turisteando. Ya que el año pasado en la ruta por el norte de España, solo pudimos cruzarlo en moto.
Bajamos al parking, transportamos todo el equipaje y subimos a la calle, durante la subida de la cuesta del parking, noto que la moto me pesa más, y al subir e intentar girar no giraba. Me aparto y grito a Sergio que algo está pasando con mi rueda. Nos bajamos de las motos, y vemos el regalito, la rueda está completamente vacía… Intento subir la moto al caballete, ¡y plof! El caballete pierde su posición se dobla, y empieza a tocar el colector del escape. Las dos sujeciones que tiene el caballete que van al cuadro de la moto están atornilladas, tras echar un vistazo una de ellas había desaparecido. Con la rueda vacía, y el caballete atascado entre el colector y el suelo, comenzaba la pesadilla. Desmontamos todo el equipaje de la moto, uno aguantando la moto y el otro intentando desatornillar el otro tornillo del caballete que… ¡¡¡sorpresa!!!! ¡El tornillo se había pasado! Imposible de quitar tampoco el muelle, sin ninguna herramienta específica para eso, llame a nuestro taller para aconsejarme, llamamos a talleres 24horas (era domingo en pleno Julio), incluso abrimos un hilo en forocoches por si algún forero de Palencia, tuviera una radial y pudiera venir para que cortásemos el caballete.

Pasan los minutos, la contrarreloj comienza ya que a las 16:00pm salía el Ferry. Los del seguro solo me podian llevar la moto a un taller, no tenían mecánicos disponibles para asistencia en el sitio, y llevar la moto al taller y repararla allí pues hasta el día siguiente nada. Son las 13:00pm Palencia, 30 grados en el asfalto, hablamos entre nosotros, y le propongo a Sergio que se vayan ellos al Ferry y ya veré como me las apaño, si reparo al día siguiente en España, y atravieso Francia para quedar con ellos en UK. La negativa fue rotunda, o todos o ningunos. Ni se pensó por un momento dejarme allí con el marrón. (No se abandonan a los compañeros decía)

En un alarde de bravuconería, angustia y cabreo. Aprovechando que llevo las robustas botas de la moto, me dispuse a intentar partir el tornillo de caballete (A patadas!!!), iluso de mí, no conseguí mi objetivo, pero si recolocar el caballete a su posición inicial. Vimos la luz! Con el caballete colocado, lo atamos con brida todo lo que pudimos, un problema menos, el caballete de momento solucionado.

Ahora venía el marrón de la rueda, como dirían nuestros queridos amigos anglosajones “Step by Step” (paso a paso). Llevábamos un pequeño compresor de aire (bendita la compra), pudimos probar que llenando la rueda a 3kg, aguantaba 10 minutos sin perder aire. Al descubrirlo montamos el equipaje y “PALANTE!”. En la gasolinera más cercana pararíamos a echarle más aire a la rueda.

Pese a todo lo que estábamos pasando, sentía una inmensa felicidad, “Y solo acabamos de comenzar la aventura hulio… la que nos espera!” le decía a Sergio.

50-60kms era lo que duraba la rueda aproximadamente, parábamos en la gasolinera que tocara, llenábamos la rueda a 4,5kg y “palante!”. Pero así de bien no podía terminar la cosa!!, en la ultima gasolinera casi llegando a Santander paramos a echar aire de nuevo, al bajarme de la moto, mi pierna no reacciona a tiempo y me voy al suelo, no sin antes comerme una señal de trafico con la cabeza. ¿Quién pondría una señal de trafico al lado de la maquina de aire en una gasolinera? Pese a que Sergio juró y perjuró que a mi cuello le pasaba algo, me levante tan normal recolocamos la moto y rellenamos el aire de nuevo (Por suerte no me paso nada, ni siquiera molestia ¡llevaba el casco puesto! ).

Sensación de victoria al leer los carteles de Santander, por suerte por la autovía llegar al puerto era bastante rápido y fácil, más en Domingo con menos tráfico. Llegamos a puerto, recogimos la documentación de la reserva del ferry, y subimos a bordo del Baie de Seine.


Tardamos como 1 hora en esperar a que el resto de pasajeros fueran subiendo, expectantes cual niños, disfrutábamos de las vistas del barco alejándose de la costa, despidiéndonos de nuestro país, rumbo a Reino Unido.

Mas de 1 día en Barco… histérico, deseando llegar a tierra, no estaba mareado, pero si aburrido. Sociabilizamos todo lo que pudimos con el resto de pasajeros, escuchando sus historias y hacia donde se dirigían. Comiendo de latas y frutos secos, pudo caer alguna birra de lata de 50cl a unas 5 libras. Carísimo!


Pese a que me olvidaba de la moto, siempre me quedaba un ultimo pensamiento… veremos a ver como salgo del barco con la rueda como la tengo.

Portsmouth 21:00pm Desembarcamos en UK, preparados para lo que nos esperaba, mini compresor de aire en mano. Me para uno de los de mantenimiento señalándome el comprensor diciéndome en un inglefrances algo que yo entendía como “an momant”. Sergio me van a dejar un compresor tocho, prepara todo que salimos. Efectivamente después de unos 5 minutos me traen la manguera de un compresor de aire de la bahía de carga, impresionante potencia. Pude echarle otros 4,5kg y salir del barco.

Pese a que ya conduje por la izquierda años atrás, esta vez era totalmente diferente. Realmente no es tan raro, te aclimatas enseguida, pero es raro coger algunas intersecciones y aprender a mirar antes a la derecha.

Pudimos conducir 70millas, hasta llegar a un Inn, dirección a nuestros próximos destinos, con un precio bastante asequible, pudimos hacer Noche en Sutton Scotney, googlear talleres cercanos, para así al día siguiente poder arreglar la moto.

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